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viernes, 1 de junio de 2012

¿POR QUÉ LA MARIHUANA ESTÁ PROHIBIDA?



En las primeras décadas del siglo XX la marihuana era libre, no había leyes que la prohibieran ni mucho menos. Aún cuando mucha gente la consideraba políticamente incorrecta. En Brasil, por ejemplo, la marihuana era “cosa de negros”, aquello que se fumaba en las tierras del candomblé para facilitar la incorporación de ellos en los confines del país, al servicio de los terratenientes. En Europa estaba asociada a los inmigrantes árabes e hindues y a los intelectuales de vida bohemia. En Estados Unidos, en tanto, quienes la fumaban eran los mexicanos.
Poca gente sabía, mientras, que la misma planta que daba hierba a las clases bajas, tenía enorme importancia económica. Decenas de remedios, papel, tejidos, cuerdas, velas de barco, redes de pesca y otros productos que exigían ser resistentes estaban producidos a partir del cáñamo. La fábrica de automóviles Ford, por entonces, se encontraba desarrollando combustibles y plásticos hechos a partir del aceite de semilla de marihuana. Las plantaciones ocupaban extensas áreas en Europa y Estados Unidos.
En 1920, bajo presión de grupos religiosos protestantes, en Estados Unidos decretan la prohibición de la producción y comercialización de bebidas alcohólicas. Para el historiador inglés Richard Davenport, y lo publica en su libro sobre la historia de los narcóticos, este hecho fue decisivo para parar el boom de la marihuana. “En la medida que resultó más difícil obtener bebidas alcohólicas, porque eran muy caras, pequeños cafés vendían marihuana, que comenzaba a proliferar”, escribe.
William Randolph Hearst, dueño de una gigantesca red de diarios, era una de las personas más influyentes de Estados Unidos. El millonario no ocultaba su odio hacia los mexicanos. Y parte de esa actitud se debe a que durante la Revolución Mexicana de 1910, las tropas de Pancho Villa, tomaron una enorme propiedad del empresario. Allí Hearst tenía plantaciones de eucaliptus y otros árboles, con los cuales producía papel para imprimir sus diarios. Esto, sumado a su interés por producir papel de ese modo, resultó clave para apurar leyes contra la industria del papel de cáñamo.


semillas o clones


clonar marihuana o cultivar a partir de semillasCultivar marihuana a partir de clones, o tenerplantas de marihuana a partir de semillas es una decisión que depende de muchos factores. Si eres un cultivador novato, lo mejor son las semillas. Son más tolerantes a fallos. Y si tienes experiencia, siempre puedes obtener otra planta gemela de esa que tantas alegrías te ha dado.
Las semillas de cannabis son una buena forma de empezar a cultivar tu propia marihuana. Sabes exactamente lo que te vas a encontrar, sobre todo en el caso de las semillas feminizadas. Sueles tener un mejor rendimiento que los clones, en parte por su mayor facilidad para cultivar. Las semillas de cannabis producen plantas de marihuana sanas y fuertes, resistentes a plagas. Esto se debe a los continuos cruces y mejoras por parte de los bancos de semillas. Se sabe también su tiempo de floración, su capacidad de producción de cogollos y su calidad.
Algunos inconvenientes de las semillas son su tasa de germinación. No todas tienen porqué germinar y producir plantas de marihuna. Además está el peligro de tener machos que polinicen a las hembras. Aunque con las semillas feminizadas este riesgo se disminuye enormemente, también es cierto que tienen una tasa de germinación menor.
Las semillas además necesitan más tiempo y trabajo, y por lo tanto más dinero invertido para obtener una buena cosecha de cannabis.
Los clones tienen la ventaja de que si partimos de una planta madre de calidad, sabemos que la genética de sus vástagos va a ser idéntica. Buena planta madre, buenos clones. Pero para ello requieren un mayor esfuerzo y atención, debido a la dificultad para cultivarlos. Si no tenemos experiencia, la calidad de la marihuana puede no ser la esperada. Y los problemas en cuanto a ataque de hongos en las primeras etapas, estancación del periodo de crecimiento, etc, puede hacernos obtener una pobre cosecha.
Pero cuando se tiene todo controlado y se tiene experiencia en el cultivo de marihuana a partir de clones, los tiempos hasta recoger la cosecha se reducen, y tenemos plantas seleccionadas a partir de la planta madre de gran calidad.
A la hora de conseguirsemillas o clones, la elección es más fácil. En el caso de los clones su procedencia y su calidad puede ser dudosa. También pasa con las semillas que se regalan. Pero si compramos semillas en un growshop y son de una variedad y un banco reconocidos, el producto que podemos obtener es mucho más seguro. Los clones que nos pueden dar también pueden tener problemas como enfermedades y plagas, y si no sabemos detectarlos y no tenemos experiencia se pueden trasladar al resto de nuestro cultivo. También puede darse el caso de que los clones que podamos obtener de otros estén en estado de shock y tarden de 4 a 8 semanas en reanudar el proceso de crecimiento, habiendo perdido el tiempo que nos ahorrábamos al optar por cultivar clones. Por eso es aconsejable que los clones sean de prodecencia conocida y de cultivadores experimentados. Aunque lo mejor siempre es obtener nuestros propios clones de nuestras plantas de marihuana.